Se trata de alumnos interesados en conocer más sobre astronomía del colegio Jorge Alessandri Rodríguez de dicha comuna, quienes, además, participaron de una charla donde se abordó el origen, características y evolución de los agujeros negros.
Lanzando varias veces un dado los estudiantes de enseñanza media del colegio Jorge Alessandri Rodríguez, pudieron definir el tipo de estrella (roja, amarilla o azul), cuántos planetas tiene a su alrededor, de qué características son (rocosos o gaseosos) y en qué órbitas están (lo que redunda en si son fríos o calientes).
De esta forma, apelando a una dinámica muy lúdica, el astrónomo José Utreras, encargado de Contenidos y Divulgación del CATA, logró explicar a los jóvenes de este recinto educacional de Renca cómo factores aleatorios han influido en la conformación de nuestro Universo y también entendieron lo especial que es nuestro propio sistema solar en particular.
“Los estudiantes disfrutaron mucho la actividad, especialmente el taller, al ser tan participativo. Realmente estaban muy interesados, porque se sienten muy atraídos por la ciencia. Hay muchos que tienen una vocación más científica y, en particular, tienen mucha curiosidad por el estudio de la astronomía, por lo que fue una buena oportunidad la que nos entregó el CATA para acercarlos a esa realidad”, señala Dani Rojas, bibliotecario del colegio Jorge Alessandri Rodríguez.
En tanto, la charla “Viaje a un Agujero Negro” abordó el origen de estos fenómenos espaciales, acercando conceptos de la Teoría de la Relatividad y mostrando cómo ha evolucionado la investigación, pasando de los primeros estudios conceptuales a la confirmación de la existencia de agujeros negros supermasivos en los centros de las galaxias. Asimismo, el astrónomo del CATA los acercó conceptualmente a la deformación que se produce en el espacio-tiempo, a partir de la gravedad generada por gigantes astros o los propios agujeros negros.
También los estudiantes descubrieron la magnitud de las escalas y cifras que se manejan en la astronomía, como, por ejemplo, que se estima que en la Vía Láctea hay más de 100 millones de agujeros negros estelares.
Con animaciones y videos los alumnos de este recinto educacional de Renca vivieron la experiencia de caer a un agujero negro, y comprender cómo sería ver y sentir la gravedad de una fusión de éstos de cerca, cómo pueden opacar el brillo de una galaxia y cómo podríamos usarlos como máquinas del tiempo para viajar a un futuro muy lejano, pero sin la posibilidad de volver a nuestra época.