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Niños se acercan a la astronomía desde el Cerro Calán

Durante dos jornadas, estudiantes de educación básica del Colegio Seminario Menor, recorrieron el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), para conocer los diversos telescopios que tiene este lugar que integra el CATA.

Despertar entre los más pequeños la curiosidad y el interés por descubrir el Universo es uno de los objetivos que persigue el área de Divulgación del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA), que trabaja muy vinculado con distintos observatorios astronómicos.

Y esta faceta la aprovecharon en dos jornadas los alumnos de enseñanza básica del Colegio Seminario Menor de Las Condes, que llegaron hasta el Observatorio Astronómico Nacional ubicado en el Cerro Calán, el que depende del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile e integra el CATA.

Aquí los estudiantes, primero se sorprendieron al ver dos telescopios que tienen más de 100 años. Uno arribó a Chile en 1898, el otro llegó en 1913, y se mantuvieron en funcionamiento hasta la década del 70. Posteriormente, conocieron un telescopio más moderno, que fue donado por el pueblo japonés al OAN.

“Fueron dos visitas llenas de preguntas e interés de los niños y notamos que lo que más les llamó la atención fue cuando empezaron a visitar los distintos telescopios. Les contamos de la historia de ellos, cómo estos equipos potenciaron la astronomía y sentaron los cimientos de lo que tenemos hoy día en la investigación a nivel nacional. Quedaron muy impactados por el contraste de tener un telescopio completamente manual, de bronce, con piezas mecánicas y poder visitar un telescopio ya hecho en materiales mucho más modernos y que es controlado por un computador”, comenta Andrea Mejías, Coordinadora de Extensión del Observatorio Astronómico Nacional.

El CATA está enfocado en la investigación astronómica y el desarrollo de tecnologías aplicadas a la industria en general. Como parte de su enfoque pedagógico, también ofrece visitas guiadas que permiten a los participantes explorar instalaciones con historia y equipos de última generación, junto con asistir a charlas educativas impartidas por expertos en la materia. Estas visitas brindan una oportunidad única para conocer de cerca el trabajo científico y tecnológico que sitúa a Chile como un referente mundial en el campo de la astronomía.

“En el CATA estamos comprometidos con la misión de acercar la astronomía a las nuevas generaciones. Para nosotros, el valor de llevar esta ciencia a los niños y niñas va más allá de compartir conocimiento. Estamos encendiendo la chispa del descubrimiento y la curiosidad, inspirando a los jóvenes a explorar el cosmos y a considerar carreras vinculadas a la tecnología y ciencia. Además, estos espacios con las comunidades nos ayudan a fomentar colaboraciones futuras y a consolidar nuestro Centro como un lugar de encuentro de conocimiento para todos”, detalla Elise Servajean, gerenta general del CATA.

Asimismo, los estudiantes durante su visita apreciaron in situ lo que implica la observación del espacio y, en particular, utilizaron un telescopio especial para mirar el Sol, donde observaron de cerca sus llamaradas y sus manchas, algo imposible de realizar sin el equipamiento adecuado.

“Para nosotros, estas visitas son una oportunidad única para que los estudiantes vean el espacio como algo accesible y emocionante, despertando su curiosidad y amor por la ciencia”, argumenta Felipe Loyola, Coordinador de Ciclo Menor del Colegio Seminario Menor de Las Condes.

Estas iniciativas reflejan un esfuerzo conjunto entre el sector académico y las instituciones científicas para posicionar a Chile, no sólo como un referente en la investigación astronómica, sino también, como un líder en la educación científica.

“Para nosotros es importante que, tras la visita, en ellos se quede el asombro, esa sorpresa y las ganas de seguir haciéndose preguntas y querer continuar descubriendo cosas. Quizá no van a nacer nuevos astrónomos de estos grupos, pero el acercamiento a la ciencia siempre es muy bonito en los niños sobre todo, porque los científicos actuales también fueron niños que nunca perdieron ese espíritu de querer seguir descubriendo cosas. Nos gustaría que se llevaran ese mensaje de nunca perder la curiosidad y las ganas de aprender”, concluye Andrea Mejías, Coordinadora de Extensión del OAN.