Grandes avances en productos y tecnologías se lograron gracias a la carrera espacial en los años 60, particularmente, por el programa Apolo implementado para llegar a la Luna. Transferencias tecnológicas, como las que desarrolla el CATA en la actualidad, que nos han cambiado la vida.
Este 20 de julio se cumplen 55 años desde que el ser humano pisó por primera vez la Luna. Para alcanzar este impresionante logro fue necesario el desarrollo de distintas tecnologías, desde la protección de los astronautas a la forma de comunicarse con la Tierra.
Muchos de estos hitos derivaron en una utilización en ámbitos ajenos a la carrera espacial, como lo que realiza el Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) a través de su área de Transferencia Tecnológica, que busca aplicar avances en el estudio del espacio en otras áreas, como la reciente creación de estacas, que utilizan desarrollos creados para telescopios, para la detección derrumbes.
Respecto de los viajes a la Luna, en primer lugar, hay que entender que la tecnología con la que operaba el Apolo 11 está obsoleta. La computadora que se usaba desde la tierra constaba solo de una pequeña pantalla y un teclado numérico, y las órdenes de acción se realizaban mediante una secuencia de dos dígitos y cada una era una orden. En tanto, el ordenador que controlaba el módulo de mando de la nave tenía una memoria RAM 32 kilobytes. Ahora nadie imagina un smartphone o computadora que tenga menos de 4 gigabytes de memoria RAM.
“Llegar a la Luna en sí no tuvo, en una primera etapa, una base tan científica, sino que respondió más a la confrontación entre dos potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, por mostrar sus avances en la denominada carrera espacial. Gracias a eso se lograron increíbles avances para la época y sentaron la base para muchas cosas que usamos hoy en día”, explica José Utreras, encargado de Contenidos de Divulgación del CATA.
Importantes avances
Estas son algunas de las tecnologías creadas para uso espacial que podemos ver en la era moderna.
Liofilización de alimentos: Aunque fue creada para el programa Apolo, el desarrollo de esta tecnología se potenció para conservar alimentos para los astronautas. Ahora es utilizada ampliamente en la industria alimentaria.
Trajes de enfriamiento: El material de la vestimenta que mantenía cómodos a los astronautas en sus caminatas lunares es utilizado por pilotos de carreras de autos, técnicos de reactores nucleares y personas con ciertas condiciones médicas que tienen dificultades para regular la temperatura corporal.
Circuitos integrados: Si bien la NASA no inventó los microchips, su demanda para el programa Apolo aceleró la revolución de los circuitos integrados, estabilizando la industria y adelantando el ritmo del progreso tecnológico en varias décadas.
Auriculares y micrófonos inalámbricos: Una tecnología esencial para la comunicación durante las misiones Apolo hoy es de uso cotidiano en nuestras vidas. Además, se desarrollaron baterías recargables de plata-zinc para estos auriculares, que hoy se utilizan en audífonos ortopédicos.
Purificación de agua: Esta tecnología utilizada en las naves Apolo, ahora se aplica para eliminar bacterias, virus y algas en sistemas de agua comunitarios y torres de enfriamiento, así como en filtros de llaves para reducir el plomo.
Textiles resistentes al fuego: Después del incendio en la plataforma de lanzamiento del Apolo I, que causó la muerte de tres astronautas, se desarrollaron textiles resistentes al fuego que son la base para la ropa de bomberos, militares y conductores de deportes de motor.
Manta isotérmica: Originalmente desarrollada para mantener la temperatura corporal de los astronautas, esta manta de emergencia ahora se utiliza ampliamente para evitar la pérdida de calor en situaciones de urgencia y para proteger del sobrecalentamiento.
Absorbedores de impactos sísmicos: Los cohetes en las misiones Apolo estaban conectados a la torre de servicio mediante cables y tubos para proporcionar combustible y señales eléctricas. Para evitar que se rompieran o chocaran con el cohete en el momento de separación, NASA desarrolló tecnología de amortiguación, que ahora protege edificios y puentes en zonas sísmicas como Tokio y San Francisco, entre otros.
Controles de vuelo digital: La tecnología de control de vuelo digital o uso de botones, desarrollada para guiar las misiones Apolo, es ahora fundamental en los aviones modernos y en la mayoría de los automóviles.
Detectores de humo: Aunque el detector de humo ya existía, la NASA desarrolló un modelo con sensibilidad ajustable en 1973, utilizado en Skylab, la primera estación espacial estadounidense, para detectar vapores tóxicos. El resultado fue el primer detector de humo por ionización, utilizando una cantidad mínima del isótopo radiactivo Americio-241, y que con el tiempo derivó en los detectores que conocemos hoy.